miércoles, 14 de noviembre de 2012

Anathema, Opeth y Robert Louis Stevenson

¡Buenas!

Åkerfeldt, uno de mis grandes ídolos.


Ayer tocaba excursión a Glasgow, y allá que me fui. Saliendo a las cuatro y cuarto de la tarde (noche cerrada ya en Escocia) esperando llegar con bastante margen del tiempo, pero ¡horreur! Atasco monumental en la autovía que une las dos ciudades más grandes de la vieja Alba. Dos horas y cuarto duró el viaje cuando debía durar poco más de hora y media. No fue para tanto si no fuese porque yo paso un mal rato enorme en este tipo de cosas. 

Lo dicho, llegué a la O2ABC 20 minutos antes de la apertura de puertas y para mi sorpresa había poco más de treinta personas haciendo cola. Se ve que es cierto aquello de la puntualidad británica no es un tópico y para las 18:50 (hora de apertura) una multitud esperaba ya en una ordenada fila. 

Anathema cumplieron e incluso superaron mis altas expectativas
La 02ABC de Glasgow es una sala cojonuda, solo se la puede describir así. Una capacidad enorme (que llenaron hasta los topes), un escenario amplio, todo bien ordenado y con buen acceso, y lo que es más importante, una acústica estupenda para una sala de ese tamaño. 

Vamos al tema: Anathema (joi joi). Llevaba mucho tiempo detrás de esta banda, y como tantas otras siempre se me escapaban. Pero desde hace tres discos ya, no han dejado de crecer en mí, son distintos, hacen algo totalmente especial y quería comprobar si eso se reflejaba en directo, y vaya si se reflejó. Anathema fueron un vendaval de energía. Parece mentira que este grupo haya pasado de ser uno de los padres del Doom Metal actual a hacer un increíble prog rock atmosférico que podría llevar incluso el sello de "post". Pocas veces he visto esa fuerza sobre las tablas, el ascender de una canción que acaba rompiendo todo, pero que lo que provoca es paz (solo había que ver las caras del público). Genios, es lo que son.

Daniel Cavanagh se lució toda la noche

Los de Liverpool no dudaron en reconocer parte de su mérito a su productor Steven Wilson (Porcupine Tree) que en el fondo es culpable de mucha de la música que me gusta últimamente, desde los propios Porcupine, pasando por Opeth y su proyecto conjunto con Åkerfeldt Storm Corrosion a Anathema y Katatonia, que por cierto fueron los que sonaron entre grupo y grupo, lo cual se agradeció. Steven Wilson viene en Marzo por aquí con su por aquí, así que he de estar atento.

Después del recital que se hizo cortísimo de la banda de los hermanos Cavanagh, pude apreciar la hospitalidad escocesa: la seguridad de la sala repartió vasos de agua a todo aquel que quería, y esto se repitió a cada pausa del espectáculo.

Opeth siempre maravillan.
Opeth ya poco me pueden sorprender y es que son la banda que más veces he visto en mi vida. Lo que es curioso es que nunca le he visto en la misma ciudad, me pregunto cual será la siguiente. Entre una espesa cortina de humo aparecieron los suecos, que esta vez el señor Mikael Åkerfeldt presentó como ABBA (otras veces ya ha dicho que eran Poison o... ¡Julio Iglesias!). El concierto tuvo un poco de todo: un poco de prog rock del que hacen últimamente, Death Metal, una buena tanda de baladas y como el propio Mikael dijo, algo de Black Metal técnico. Una de las cosas geniales que tiene un concierto de Opeth es ese espíritu que tiene Åkerfeldt de cantautor. Entre tema y tema se para a conversar con el público, permitiendo preguntas directas y siempre dándole un toque de humor al tema. Así nos contó a qué corresponden las siglas de ABBA, que le gusta Stevie Wonder pero que odia una de sus canciones tanto que querría gritárselo a la cara, o que paga a los de seguridad para que incordien a los incordiadores (me invento palabras, sí).
Cara de Opeth
El concierto fue una delicia, a pesar de los pocos pasados de ale y cerveza que solo quieren buscar mosh pits donde no los hay. Åkerfeldt no se olvida de los amantes del Death sueco y podemos disfrutar de esa capacidad única que tiene de cambiar su voz en un instante del melódico al gutural, como si no supusiese ningún esfuerzo. En definitiva, Opeth son para no perdérselos nunca, vayan donde vayan clavan sus actuaciones, merecen siempre la pena.

¡Me llevé doble regalito!

La vuelta a Edimburgo fue mucho más rápida, poco más de una hora tardó el autobús en llegar a la capital de Escocia. De precio no anda mal tampoco, £10 cuesta un billete de ida y vuelta a Glasgow, aceptable teniendo en cuenta los precios del transporte público británico. 


Y bueno, para terminar he de recordar que ayer fue el Robert Louis Stevenson Day, sí, ese señor con bigote que escribió La Isla del Tesoro y que nació en esta misma ciudad. Yo me perdí alguno de los bigotudos eventos que se celebraron en la ciudad por ir a Glasgow, pero lo celebré a mi manera: ¿que mejor que acabar una de sus obras inmortales?



¡Besos y abrazos!

domingo, 4 de noviembre de 2012

Tommy y Chechu in town

Buenas!


Bueno, se han ido ya, pero durante toda esta semana, he tenido merodeando por Edimburgo al combo que forman Jose y David, Chechu y Tommy, o Drasier y Pinky, Alonso Quijano y Albert Einstein o como les queráis llamar.

Como podéis intuir, pasaron aquí la noche de Halloween. os dejo una imagen con su bella apariencia:


Pero la semana ha dado para mucho más. Hemos recorrido Edimburgo mil veces, avenidas y callejones, pubs y clubs, El magnífico sitio de los desayunos opulentes o la pizzería de la camarera con trenzas. Además ellos han pasado por el Castillo de Edimburgo y por Stirling (Tommy dos veces!) para ver un poco de Historia de la zona. ¡Nos dio tiempo hasta a hacerla una visita a la oveja Dolly!

Con David en la estatua homenaje a Abe Lincoln en Edimburgo, mi personaje halloweenesco. 


Muy rico todo especialmente las ricas burguers deshuesadas. ¡Ah joder! Y el tremendo Whisky a temperatura ambiente que nos tomamos en el Black Bull de Grassmarket.

Pely ya puede estar tranquila. 



Para colmo, la visita de estos personajes trajo suerte a Blanca, que como consecuencia no quería que se fuesen hasta encontrar un novio pelirrojo.

Una gran semana cortesía de estos dos former flatmates mios. Se agradecen más.





Se deduce que no tengo muchas ganas de escribir no?